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Mljet

Mljet se considera la isla más grande del archipiélago de Dubrovnik. En ella se sitúa el conocido parque nacional homónimo. Es además conocida por ser uno de los últimos hábitats de la foca monje del Mediterráneo, especie que está protegida por ley, y también por ser rica en la producción de delicias autóctonas tales como el queso de cabra, el vino y la miel. Toda la isla es una atracción natural dado que también se denomina como “isla verde” por la abundancia de vegetación frondosa de bosques de pino mediterráneo presente en ella. La isla de Mljet tiene una rica tradición gastronómica, como hemos mencionado antes, especializada en la oferta de platos basados en pescado. Estos, como todas las demás especialidades, son elaborados con ingredientes frescos de una manera especial, y se sirven acompañados de aceite de oliva producido también en la propia isla. Pruebe las recetas caseras en alguno de los restaurantes familiares de la isla.

Mljet es un paraíso para los turistas. Aquí olvidará el estrés y todas sus preocupaciones disfrutando de la naturaleza y de los paisajes. La isla más verde del Mar Adriático, que está situada al noroeste de la ciudad de Dubrovnik, se caracteriza por sus dos lagos: el lago Grande y el lago Pequeño y , también, por sus únicos bosques mediterráneos de encinas. Los principales motivos que dieron cabida a la proclamación de la isla como parque nacional son: el excepcional y específico recorte de la forma de su costa, así como la frondosidad de su vegetación boscosa.

En la parte sur de la isla, el mar penetra en ella a través de un canal apenas visible, formando el lago Grande y, tras pasar por un canal aún más estrecho, el lago Pequeño. Aunque los dos sean de agua salada, se asemejan paisajísticamente a lagos. Son ricos en distintas especies de moluscos bivalvos (mejillones, nacras, almejas y ostras), y su plancton fue objeto de varios estudios científicos.

Tomando un baño, tanto en las rocas de la orilla del mar abierto como en las aguas saladas del lago Grande, disfrutará de su azul profundo, y si visita la isla en primavera u otoño, seguirá pudiendo tomarlo en el lago Pequeño, cuyas aguas son más templadas que las del Grande y las del mar durante dichas estaciones. También podrá disfrutar de largos paseos por densos bosques de pino y, a lo mejor se encuentra con alguna mangosta, un pequeño animal inusual que protege la isla de las serpientes.